Cruzar el Abismo

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Nadie vendrá a salvarte, excepto el monstruo del armario

Nadie vendrá a salvarte, excepto el monstruo del armario

abr 23, 2025
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Si estás esperando a que tus padres, un tío millonario o tu pareja vengan a salvarte, estarás poniendo tu energía en el lugar equivocado.

Porque, en realidad, la prosperidad está fuera del sentido común que establecen tus espacios de pertenencia.

Te hablo de que necesitas romper con los patrones que has heredado y te mantienen en tu zona de seguridad.

Por lo tanto, la prosperidad no está en el pasado sino en lo nuevo.

Es difícil ir hacia lo nuevo porque siempre genera incertidumbre y miedo. Pero si no enfrentas aquello que te da miedo, reemplazarás tu prosperidad con un sucedáneo que te mantendrá ocupado. (Esto es lo que se conoce como adicción).

De esto se deduce lo siguiente:

  1. Cuanto más evitas enfrentar el miedo, más grande se hace. Hasta que llega un momento en que se convierte en miedo al miedo.

  2. Entonces, cuanto más miedo tienes de un proyecto (un determinado negocio, una creación artística, un viaje…), más seguro debes estar de que tienes que enfrentarlo para no vivir como un roedor. En otras palabras, el miedo es el punto de partida para la acción.

  3. El miedo puede ser un aliado si sabes utilizarlo estratégicamente. Con quien mejor puedes ir hacia ese lugar que quieres es de la mano de tu monstruo del armario.

A lo largo de mi experiencia, he visto como muchas personas no pueden avanzar y se sienten arrastradas una y otra vez hacia los mismos resultados. Como si estuvieran afectadas por un hechizo. Algo así como un techo de cristal que no pueden traspasar.

Una serie de patrones inconscientes que les impiden dar el siguiente paso decisivo.

Aunque te pueda sorprender, la parte de nosotros que se siente arrastrada hacia el pasado es un movimiento que quiere «reparar» el desequilibro traumático de alguno de nuestros padres o ancestros, en una repetición inconsciente de sus destinos de fracaso, pobreza o marginación.

A este fenómeno se le conoce como lealtades invisibles.

Lo puedes observar cuando en las familias se suelen repetir comportamientos y eventos que desembocan en los mismos resultados. Se repiten accidentes, enfermedades, adicciones, una y otra vez, de manera inexplicable.

Dicho de otra manera, cada vez hay más estudios que demuestran que heredamos traumas que condicionan absolutamente nuestras vidas.

  • Es decir, poca gente sabe que en gran medida estamos afectados por nuestros sistemas familiares.

  • Por otro lado, también estamos afectados por otros sistemas (pareja, amigos, iglesia, profesiones, equipos deportivos, ideologías…) en los que desempeñamos un determinado rol y perdemos nuestra plena autonomía.

  • Por último, nuestra historia de vida, desde el estilo de apego de nuestros padres, incluyendo todos los episodios traumáticos en nuestra educación, relaciones, trabajo, etc. van creando una serie de condicionamientos.

En otras palabras, la herida —individual o heredada— que te desangra, te impide vivir con el corazón abierto, mirando hacia adelante, algo que es imprescindible para estar en el lugar y en el momento donde ocurren las oportunidades.

A esta resistencia que nos impide lograr nuestra sintonía con el presente es lo que he llamado el monstruo del armario, que suele tomar la forma de un síntoma limitante, y que nos pone una y otra vez frente al abismo.

El monstruo del armario te quiere ayudar.

Digamos que esta fuerza caótica que te arrastra al pasado y que se manifiesta en limitaciones de todo tipo, representa la conciencia de tu sistema familiar, y pretende que todas las personas y los eventos del pasado sean tomados en cuenta, para que nada haya sino en vano.

En definitiva, quiere que consideremos especialmente a los que tuvieron un destino trágico y que, de alguna forma, hagamos algo en su nombre.

Así que tratar de evitar o querer deshacerse del monstruo es un gran error que solo alimenta su insistencia.

Si tu vida transcurre mirando hacia el pasado, no saldrás de los límites impuestos por los sistemas a los que perteneces, así que no conocerás tu ámbito de genialidad, ni tu verdadero propósito, ni todo lo que ocurre cuando cruzas el cerco que delimita el territorio de tu tribu.

En resumen, el monstruo del armario quiere que sueltes los patrones ciegos para que puedas abrirte a lo nuevo. El ser humano vive y crece a través de la incertidumbre. La prosperidad viene, precisamente, de la superación de lo difícil.

Como vemos, puede que estés sujeto a una lealtad, en tu afán de compensar un desequilibro del pasado o tratar de acabar algo que quedó inconcluso.

Así que te puedes estar sacrificando, y desviando de forma sistemática de tu verdadero propósito, o incluso, dar lo que no tienes, limitando tu desarrollo personal y profesional.

Así que lo primero, es abandonar la lucha contra el síntoma y en lugar de preguntarte como te deshaces del monstruo, invitarle al desayuno para hacerle dos preguntas:

¿Para qué estás es mi armario?

¿Hacia dónde tengo que mirar?

De esta forma, es probable que establezcas un vínculo entre tu resistencia y algo que les ocurrió a tus padres o antepasados. Y descubras el origen de tus patrones.

Ocurre con frecuencia que el monstruo del armario señala 3 tipos de desequilibrios:

1. Cuando alguien o algo importante es excluido del sistema familiar.

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