Declaración del reloj del fin del mundo 2024
Después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki un grupo de científicos, entre los que se encontraban Einstein y Oppenheimer, hizo algo muy curioso.
Se llamaron los Científicos Atómicos de Chicago y crearon una revista donde en la portada había un reloj que nombraron el Reloj del Juicio Final.
La posición de las manecillas de este reloj representaba una cuenta atrás hacia las 12 horas. Es decir, hacia una catástrofe global.
En el primer número, justo después de la Segunda Guerra Mundial, el Reloj del Juicio Final se puso a siete minutos de la medianoche.
Al final de la Guerra Fría, los científicos reajustaron sus manecillas más atrás, dando más tiempo para el colapso.
Pero en 2024, parece ser que estamos a tan solo 90 segundos para la hora dramática. Así lo aseguran en su Bulletin of the Atomic Scientists
Sin embargo, profetizar el apocalipsis no es que resulte de gran ayuda.
Este tipo de advertencias suele dejarnos todavía más ansiosos y paralizados.
Así que la pregunta aquí sería qué coño se hace si soy una persona normal con una felicidad común y corriente.
Parece ser que la respuesta está en la propia pregunta.
Mantener la felicidad común y corriente.
Por ejemplo, aunque te parezca extraño, toda la atrocidad que nos lleva al precipicio es el sustrato de nuestros propósitos.
Es decir, la manera de retrasar el reloj es con la esperanza.
La esperanza es confiar en algo más grande que uno mismo.
Es un acto trascendente que sostiene la vida.
Es hacer algo bueno con lo que tenemos a disposición.
En este momento.
Nuestras sombras que tienen relación con las sombras colectivas son el humus de nuestra plenitud.
Solamente hay que profundizar en ellas.
Dicho de otra manera. Si encuentras el modo de servir hacia donde mira el monstruo de tu armario, es probable que cierres las heridas por donde te desangras y nos llevan al matadero.
Aquí te puedes estar preguntando hacia donde mira el monstruo de tu armario.
Esto a veces es fácil de ver con constelaciones familiares.
También lo puedes percibir porque en realidad es una constante en tu vida.
¿Hacia dónde te sientes arrastrado?
¿Dónde sientes mayor alegría?
Entonces verás que tu propósito tiene que ver con la esperanza.
Y la esperanza tiene que ver con la mirada hacia el otro.
La mirada hacia el otro nos conecta a la vida. Que es la única manera de salir de este trauma colectivo que nos acerca a la medianoche.